lunes, octubre 23, 2006

Internet y el ciber-amor

Cada vez es más común encontrarnos con publicidad en todo tipo de medios de páginas webs de contactos donde podemos conocer sin movernos de casa y en pijama un lunes lluvioso de invierno a nuestra posible media naranja. Quizás una de las más famosas y que más gente tiene apuntada es match.com, pero hay muchas más como meetic.com, friendscout24.com, be2.es, etc.

Un servidor lleva más de diez años conectado de forma habitual a la red y he podido conocer todo tipo de medios y anécdotas curiosas sobre el ciberamor. Antiguamente no existía el messenger ni este tipo de webs y la gente entraba a unos chats internacionales donde ya era una mera casualidad encontrar alguien de España, recuerdo con mucho cariño cuando uno de mis mejores amigos se enamoró de una chica Mexicana y pasaban las noches conversando y planificando un incierto futuro encuentro, los canales de chat de lesbianas eran de lo más morboso y estaban plagados de chicos que se hacían pasar por chica por puro vicio, al comenzar el chat lo primero que se hacía era un test de preguntas que se supone que sólo conocían las chicas (marcas de perfumes, de compresas, etc).

Luego llegó el messenger y se cargó bastante los chats públicos aunque siguen teniendo su público, nació match.com y sus imitadoras, cada vez las historias de amor que comienzan en la red dejaron de ser una noticia poco habitual y hoy en día todos conocemos a alguien que cuenta con una bonita historia de amor gracias a la red.

Personalmente he probado poco estas web y la conclusión que saqué después de conocer a varias chicas por este medio era que resultaba muy difícil encajar tras un tiempo de charlas virtuales los encuentros reales, la persona me parecía siempre súper distinta a lo que pensaba que era tras la pantalla. Si el objetivo era buscar sexo rápido y sin más contenido reconozco que son perfectas, pero hasta ahí.

El año pasado de repente me sorprendió una publicidad que entró en mi correo informándome de una nueva web de este estilo que tras hacerte un test psicológico online a parte de contarte o recordarte cómo eres te ofrecía contactos que iban a ser compatibles con tu forma de ser. Hice el test y la verdad que el quedar con chicas de esa web era muchísimo más sencillo, no es lo mismo comenzar una conversación diciendo me ha gustado tu foto, que bonitos ojos tienes o a mi también me gusta ir al cine y la pizza que comenzar diciendo oye, dice el bicho este que tu y yo somos un 80% compatibles, tomamos un café?. La web se llama Parship.es y ya hay varias que la imitan. Mi conclusión final fue que o yo mentí como un bellaco en el test, que la gente miente hasta soñando o que los algoritmos informáticos de los psicólogos que habían diseñado la web debían ser reanalizados urgentemente.

Y al final todo esto termina en el cajón de las anécdotas que se cuentan en un blog como este, creo que cuando se pasa por Internet el suficiente tiempo (hablo de unos 8-10 años) te atrae de nuevo lo esencial, la vida real, el querer que el destino te cruce con alguien por azar, que no te adivinen la compatibilidad, sino descubrirla porque precisamente el hacerlo es la gracia de vivir las cosas, dejas Internet en el sitio que debe estar, en el grupo de las cosas que te acompañan y te ayudan pero que no sustituyen las cosas naturales que nos hacen personas. Eso si, a veces bendito sea el Messenger.